Considera indispensable una profunda reforma hacendaria apoyada por el gran capital; participó en el Laboratorio de Ideas organizado por El Colegio Mexiquense, A. C.
* Comunicado de prensa 048/2019
Toluca, Estado de México, 7 de agosto de 2019. México necesita de un espíritu social que permita hacer realidad los derechos fundamentales incluidos en la reforma constitucional de 2011 e impulsar un Estado desarrollista y social sobre la base del Derecho, para lo cual se debe convencer al capital de realizar una reforma hacendaria de gran calado que permita obtener los recursos para llevar a cabo una redistribución que atienda la pobreza, la desigualdad y el pésimo crecimiento económico de las últimas décadas.
Así lo propuso Rolando Cordera Campos, economista y profesor emérito de la UNAM, en donde es coordinador del Programa Universitario de Estudios del Desarrollo, durante su participación en el Laboratorio de Ideas «Encuentros para el diálogo creativo» con la conferencia «La política de la política económica», que expuso en La Casa Toluca, donde el presidente de El Colegio Mexiquense, A. C., César Camacho, le dio la bienvenida, y el investigador Henio Millán Valenzuela hizo los comentarios a la conferencia.
A partir de los datos que han resultado de la crisis de 2007-2008, de la reforma estructural que hizo de México una economía abierta y un país exportador, así como de la persistencia de la pobreza y la desigualdad, como consecuencia de las medidas impulsadas por las políticas neoliberales en seguimiento de lo que se conoce como el «Consenso de Washington», Cordera Campos expuso una propuesta que ha venido trabajando en los últimos años con el Grupo Nuevo Curso de Desarrollo, en el que están economistas, politólogos, juristas y estudiosos de la política social.
Se pronunció porque el Estado aproveche la experiencia y los cambios de las últimas décadas para que recupere su capacidad de acción y atienda el pésimo crecimiento económico de apenas 2% en promedio a lo largo del periodo que inició a fines de los ochenta, al tiempo de aprovechar lo que puede ser la nueva matriz de insumo-producto resultado de ser una economía exportadora de importaciones, todo para hacer del país una nación industrial para el siglo XXI, sin demérito de la seguridad alimentaria.
En su exposición hizo un repaso histórico de los cambios económicos estructurales de las últimas décadas y de los cambios políticos, a los que pidió apreciar porque resultaron en un sistema plural que en su momento supo procesar la alternancia en el Poder Ejecutivo sin violencia ni crisis económica.
Sin embargo, cuestionó el déficit institucional que padece el país y la falta de sensibilidad pública respecto de los cambios políticos logrados, así como el hecho de que los presupuestos públicos tienen poco que ver con la realidad y hacen a un lado el tema de que el Estado asuma un papel desarrollista y aproveche su perfil constitucional y social que le dio la reforma a la Constitución de 2011.
Cordera Campos asentó que está demostrado que la acumulación de capital que el país necesita para crecer no se puede sustentar en la inversión privada, aun cuando esta crezca, pues no llega al nivel necesario porque le falta el complemento estructural histórico que es la inversión pública y cumplir con tener una macroeconomía socialmente responsable.