Gustavo Vega Cánovas presentó la conferencia dedica al nuevo acuerdo desde la perspectiva mexicana; César Camacho advirtió de que el tratado no es una panacea y fue firmado como ejercicio de soberanía.
La creación de bloques económicos, los impactos de la pandemia de Covid-19 en el comercio y el consumo, la llegada de Joe Biden a la presidencia de Estados Unidos, así como las políticas que está siguiendo el gobierno federal mexicano son factores que pesarán en la posibilidad de aprovechar el T-MEC, el cual supone algunas ventajas con respecto al TLCAN, sobre todo en comercio digital, agricultura y medio ambiente, pero también riesgos de litigios y controversias si México no cumple aspectos centrales del nuevo acuerdo, que integra a una población de 480 millones de personas.
En su conferencia «El T-MEC. Balance y retos en México», organizada por El Colegio Mexiquense en su laboratorio de ideas, Gustavo Vega Cánovas, profesor-investigador y secretario general de El Colegio de México, hizo un análisis pormenorizado del nuevo y el anterior acuerdos, y aceptó el parecer de otros especialistas que ven al instrumento en vigor desde el 1 de julio pasado como «comercio administrado», más que un acuerdo comercial regional.
El estudioso señaló riesgos en particular en materias laboral, ambiental y energética, en las que será indispensable para México cumplir con lo que señala el T-MEC, el cual ha dejado ganadores y perdedores, como son los casos de los empresarios y los trabajadores, ubicados en uno y otro extremos.
Vega Cánovas se refirió al millón de empleos perdidos y el crecimiento de más de 40% de la pobreza como efectos de la pandemia en México, pero también habló de la posibilidad de inversiones de la industria automotriz por 4 mil millones de dólares (mmdd), a pesar de las reglas de origen que se incluyeron en el acuerdo.
El investigador matizó su opinión al hacer la comparación entre ambos acuerdos, detalló el proceso de negociación marcado por la errática política del presidente Donald Trump y se refirió a la caída del comercio de hasta 20 % en el mundo, con un crecimiento del sector servicios.
Analizó asimismo los logros obtenidos en los 26 años de vigencia del TLCAN y los resultados negativos que tuvo, enfatizó entre los primeros los 480 millones personas que forman el bloque, el PIB combinado de 20 billones de dólares, las exportaciones por 2 300 millones de dólares al año, que representa 18 % de las exportaciones mundiales; además, la creación de cadenas regionales de valor con ganancias netas agregadas para los tres países, en el caso mexicano con un papel muy destacado en la industria automotriz y de autopartes.
José Arturo Santa Cruz Díaz Santana, profesor-investigador de la Universidad de Guadalajara, hizo la reseña y los cometarios a la conferencia, con énfasis en los puntos de vista de economistas como el premio Nobel Paul Krugman, quien considera que el tratado es un nuevo NAFTA pero versión 0.8, porque marca un retroceso para el comercio regional.
El presidente de El Colegio Mexiquense, César Camacho, dijo que la institución no se ha detenido en sus tareas centrales de investigación y docencia, pero tampoco en la divulgación del conocimiento, hizo un reconocimiento a El Colegio de México como el centro de investigación que ha traído beneficios académicos a los centros de investigación de los estados y afirmó que el TLCAN cumplió su cometido con logros y rezagos.
Aseguró que México no puede mantenerse como un país más y que someterse al T-MEC es un ejercicio de soberanía, pero el acuerdo no es una panacea, ya que su aprovechamiento dependerá, en el caso de México, de la capacidad del gobierno para concertar, de los empresarios para participar y de la comunidad para estar atenta, sobre la base del cumplimiento de acuerdos y obligaciones.
Comunicado de prensa 041/2020.
Zinacantepec, Estado de México, 11 de noviembre de 2020.
